El cine y la
publicidad morbosa a lo sensual.
Editorial.-
Productores de cines y publicistas sublimizan la morbosidad, revestida
de sensualismo con mujeres y hombres, para obtener récords en taquillas y ventas
de productos en el mercado.
Esta práctica generalizada en los últimos tiempos, crea
distorsión en la conducta humana, lo que genera la proliferación de antivalores
en nuestras sociedades.
Las consecuencias directivas del accionar de esos “cerebros del
mal” son la pérdida del pudor, la deshonestidad y el abandono de las buenas
costumbres.
La ausencia de principios cristo-céntricos y el amor al
dinero, llevan a la humanidad a exhibir un materialismo a ultranza, que rompe con todos los esquemas de la decencia, la
convivencia pacífica y el trato justo y equitativo, los unos con los otros.
Es como vivir en un proceso regresivo a la venganza privada,
a la aplicación de la Ley
del Talión, de que nada importa, sino el de alcanzar la posición que se desea,
obtener los objetivos sin importar los medios. Esto es perversidad.
Los productores de películas, documentales, revistas,
suplementos, video clips, o todo tipo de publicidad visual, deben reorientar y
pulir su material, sacar de ellos las obscenidades, el doble sentido y
presentar lo sano, lo edificante y constructivo para erigir una sociedad
más justa y equilibrada, moral y espiritualmente.
Si abogamos por un nuevo mundo, tenemos que fomentar un
cambio de mentalidad y pensamiento.
Todavía estamos a tiempo para lograrlo.
¿Quién le pone el cascabel al gato?