Por Amaury Ureña
El primer problema de los impuestos es de semántica, porue es un pago que nos imponen, no son voluntarios, representan una dictadura fiscal. Quiza esa es la primera razón por la que la gran mayoría de los seres humanos abominan de esta obligación.
No existe un país donde no se paguen impuestos, y lo más relevante todavía es que mayormente los países que más impuestos pagan, son más desarrollados que aquellos que menos lo hacen. Eso sí, en esos países las obligaciones tributarias van acompañadas de una fortaleza institucional y de una rigidez en el cumplimiento de las reglas establecidas que existe un verdadero castigo a los actos de corrupción. Todos esos elementos, junto a otros, se conjugan para que resulte el desarrollo de exhiben esos países.
Republica Dominicana no representa la excepción en cuando a la negativa en el pago de impuestos, aun siendo uno de los países que menos tributa en el Continente Americano, y no son pocas las acciones de evasión de esta obligación, por parte de ricos y pobres. En lo que los dominicanos si representamos la excepción es en el manejo transparente de los fondos públicos y en el castigo a la corrupción administrativa, en los estudios de percepción de la corrupción realizados por Transparency International en el 2011 Rep. Dom. ocupa el lugar 129 de 182 países estudiados, todo esto a pesar de que en RD existe toda una estructura legal de castigo y persecución a la corrupción.
No existe un país donde no se paguen impuestos, y lo más relevante todavía es que mayormente los países que más impuestos pagan, son más desarrollados que aquellos que menos lo hacen. Eso sí, en esos países las obligaciones tributarias van acompañadas de una fortaleza institucional y de una rigidez en el cumplimiento de las reglas establecidas que existe un verdadero castigo a los actos de corrupción. Todos esos elementos, junto a otros, se conjugan para que resulte el desarrollo de exhiben esos países.
Republica Dominicana no representa la excepción en cuando a la negativa en el pago de impuestos, aun siendo uno de los países que menos tributa en el Continente Americano, y no son pocas las acciones de evasión de esta obligación, por parte de ricos y pobres. En lo que los dominicanos si representamos la excepción es en el manejo transparente de los fondos públicos y en el castigo a la corrupción administrativa, en los estudios de percepción de la corrupción realizados por Transparency International en el 2011 Rep. Dom. ocupa el lugar 129 de 182 países estudiados, todo esto a pesar de que en RD existe toda una estructura legal de castigo y persecución a la corrupción.
En estos días, en que los dominicanos
estamos presenciando una propuesta de reforma fiscal, han surgido voces que
plantean que se realice el presupuesto con el dinero que se han robado los
corruptos.
Sin ser economista, me asombro de ese
absurdo, ya que un presupuesto nacional no puede ser en base a lo que se determine
en un tribunal en caso de robo del dinero público. En vez de pedir que se presupueste
con dinero robado debemos de proponer nuestro parecer o nuestra propuesta
acorde a la realidad económica y punto.
En cuanto al procesamiento de corruptos,
debemos de abrirle frente para que los casos donde se compruebe que existe o
existió hurto del erario público el castigo llegue, que desaparezca la
impunidad acostumbrada, porque mientras no se den varios ejemplos de rigidez en
el castigo a la corrupción administrativa las reformas fiscales no nos van a
salvar de los males que aquejan a RD.
De manera que, le exhorto al Lic. Danilo
Medina que para lograr que el pueblo confíe en los resultados de esa propuesta
de reforma, se debe de fortalecer las acciones anticorrupción del estado,
aunque a usted no le corresponde castigar la corrupción, pero si le corresponde
no permitir que un funcionario corrupto le robe lo que cada día le cuesta más
al pueblo.