Santo Domingo.- Redes de falsificadores de "todo género" se registran en la República Dominicana, acción delictiva que crece de manera alarmante en perjuicio de miles de ciudadanos.
Los "mafiosos" se mueven a lo ancho y largo del país, incluso hasta en el seno de los mismos organismos del Estado.
Recientemente, las autoridades sometieron a la justicia en la capital a varios empleados de la Junta Central Electoral, por falsificación de documentos públicos.
En Santiago, una provincia ubicada al Norte del país, a unos 156 kilómetros de Santo Domingo, un grupo de jóvenes hijos de dirigentes influyentes del partido oficial, cometieron un fraude millonario contra la Dirección General de Aduanas.
Y hoy, la autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) reporta el arresto seis conductores que circulaban por la zona oriental de la ciudad capital en vehículos con marbetes falsos.
El Departamento de Falsificaciones de la Policía Nacional ha estado muy activo en todo el país sobre los cientos de casos que ocurren.
La situción preocupa porque muchos ciudadanos son estafados, mientras los tribunales mandan a las calles a los falsificadores, con la imposición de leves medidas de coerción.
Los "mafiosos" se mueven a lo ancho y largo del país, incluso hasta en el seno de los mismos organismos del Estado.
Recientemente, las autoridades sometieron a la justicia en la capital a varios empleados de la Junta Central Electoral, por falsificación de documentos públicos.
En Santiago, una provincia ubicada al Norte del país, a unos 156 kilómetros de Santo Domingo, un grupo de jóvenes hijos de dirigentes influyentes del partido oficial, cometieron un fraude millonario contra la Dirección General de Aduanas.
Y hoy, la autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) reporta el arresto seis conductores que circulaban por la zona oriental de la ciudad capital en vehículos con marbetes falsos.
El Departamento de Falsificaciones de la Policía Nacional ha estado muy activo en todo el país sobre los cientos de casos que ocurren.
La situción preocupa porque muchos ciudadanos son estafados, mientras los tribunales mandan a las calles a los falsificadores, con la imposición de leves medidas de coerción.